"La Guerra del Planeta de los Simios" cierra la trilogía iniciada en 2011 como precuela de aquella obra maestra de 1968 protagonizada por el titánico Charlton Heston, actor cuya presencia e interpretación llenaba la pantalla como sólo unos pocos elegidos han hecho a lo largo de la historia del cine.
Si las anteriores entregas fueron admirables y fascinantes, pues nos enseñaban el nacimiento de ese mundo desolado por el hombre y que sería gobernado por el simio, esta última entrega es intimista, profunda, llena de crítica social y referencias de talla, expresividad y simios que miran y piensan como lo hacen los desamparados, los incomprendidos y los soñadores.
Es una joya visual, una maravilla capitaneada por la interpretación magistral de Andy Serkis y que nos cuenta las vivencias de un simio lleno de dudas, contradicciones, y filosofía humana. Quien espere explosiones y guerra sin cuartel, acción injustificada y aspavientos bélicos, se llevará una decepción o una reflexiva sorpresa. El cierre de la trilogía es clásico por sus escenas y su música, es cine norteamericano en su mejor versión.
El viaje de los simios hacia un mundo mejor a través del desierto es una clara referencia bíblica. En ese viaje descubriremos la deshumanización del hombre, el cautiverio y la esclavitud, los horrores y errores que encierran los muros; la compasión, la camaradería, la lealtad y la incomprensión de un simio lúcido y derrotado en un mundo que se acaba.
Porque "La guerra del Planeta de los Simios", a golpe de música, miradas, gestos y caminos, cuenta eso: el final de una era en la Tierra a través del sufrimiento, la desazón, el miedo y la esperanza de sus protagonistas. Magnífica.