CRÍTICA BREVE de "AMERICAN SNIPER".
Eastwood nos plantea la vida de un hombre que desde niño hizo del mundo un lugar de buenos y malos, sin matices, sin buscar más profundidad, al estilo del Western clásico. Convertido en SEAL, unidad de élite del ejército estadounidense, marcha a Irak para luchar contra "los malos, los salvajes" (en sus propias palabras). Vemos, efectivamente, las salvajadas del radicalismo islámico, del combatiente que lucha a la desesperada contra el invasor americano. Pero la perspectiva aquí es unipersonal, está centrada en la mira del "legendario" francotirador, no dando lugar a otras visiones del asunto. Eastwood hace coincidir el objetivo de su cámara y de su narración con la mirilla del tirador de élite. Esto acaba dando una imagen simple del conflicto de Irak (representado con una fidelidad técnica y realismo bélico perfecto), convirtiendo la invasión en un asunto westerniano, al francotirador en un ángel de la guarda para sus compañeros, a las muertes (incluidas las de niños) infligidas por su rifle en justificadas, y al héroe americano en un personaje cuyo tormento y secuelas parecen también ser cosa de blanco o negro. Toda la película es la fiel imagen del mundo, la guerra, el bien y el mal, desde la mira del francotirador americano.
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