martes, 19 de diciembre de 2017

CRÍTICA BREVE: "SPIDER-MAN: HOMECOMING




Frescura, entretenimiento, acción razonable y justificada, algo de humor y el carisma de nuestro amigo y vecino Spider-Man, convierten a esta cinta en otra pieza clave del magnífico universo que Marvel y Disney llevan construyendo durante diez años.

Se nos presenta a un joven Parker henchido y confiado, deseoso de volver a entrar en acción después de estrenarse en combate junto a los Vengadores, los mejores héroes del planeta, considerándose ya uno más de la fantástica tropa. Y ante aquella ventana a un mundo alucinante a la que le dejaron asomarse por un breve momento, se encuentra con la rutina de las clases, sus compañeros de colegio, la chica por la pierde el sentido, la cotidianidad de las calles de Queens, y la realidad, todavía infantil y algo aburrida, de su pequeña habitación.

Pues este Parker es sólo un crío, un adolescente que no conoce sus límites, un inconsciente jovencito que alberga en sí un gran poder. Y es el desarrollo de la historia, los encuentros con su tutor Tony Stark -siempre se agradecen sus apariciones en pantalla- los fracasos y las derrotas, las que le harán comprender, sin necesidad de tío Ben, que ese gran poder conlleva una gran responsabilidad.

Tom Holland recrea de una forma estupenda y veraz a este nuevo hombre araña. Michael Keaton no se queda atrás. Tirando de solera y personalidad interpretativa, crea a un Cuervo aterrador, malvado, y al que en parte comprendemos: otro juguete roto de los grandes poderes –y súperpoderes- del sistema, que decide tomarse la justicia y el negocio por su cuenta y riesgo propio y ajeno. Un villano creíble con interesantes claroscuros.

En definitiva, “Spider-Man: Homecoming” es una película estupenda que devuelve a este gran personaje al protagonismo que merecía y nos abre una ventana a ese Nueva York callejero y trepamuros que tanto echábamos en falta.

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